Zurrón de los Recuerdos “Mi Virgen de Fátima”

Published On: noviembre 29, 2008Categories: Zurrón Radio Doramas
Mi rinconcito
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        Buenos días a todas y a todos los oyentes de Radio Doramas en este interesante programa “El Zurrón de los Recuerdos”.

        El trabajo que les quiero leer en el zurrón del día de hoy lo he titulado:

“MI VIRGEN DE FÁTIMA”

                Recordarán, que en el zurrón del pasado sábado, había encontrado la presentación que le hiciera al sacerdote don Gonzalo Fernández Parrilla como pregonero de las Fiestas en honor a Nuestra Señora de Fátima del año 1989. En él les hablé de la necesidad de que una de las calles de nuestra ciudad pase a denominarse con su nombre. Ojalá esta petición no caiga en zurrón roto.

        Este motivo me ha llevado a seguir revolviendo el fondo del zurrón, y he encontrado una carta del mes de noviembre del 2003. Naty Medina García, Juan Martín Tacoronte, Juana Molina Vega y el que suscribe le enviábamos al entonces Párroco de nuestra Iglesia de Santiago Apóstol don José Díaz Alemán, que como estaba a punto de retirarse, le rogábamos que intercediera ante los nuevos responsables de nuestras parroquias, para que la antigua imagen de la Virgen de Fátima, que hasta el día de hoy permanece en una urna de cristal en la sacristía de la Parroquia de la Montaña pase a ocupar su lugar de origen, es decir el Altar Mayor de dicha Parroquia como titular de la misma.

        Los que me conocen, saben muy bien, la devoción que siento por la Virgen de Fátima, creo que todos, de alguna manera sentimos predilección especial por un santo o santa en concreto, y mutuamente debemos respetarnos, esta es mi Santa. Recuerdo que, de pequeño, junto al Pilar que estaba aquí al lado de casa le hacía un enorme Arco con la ayuda de toda la vecindad, con la figura de la Virgen en el centro y dos Ángeles, las tres figuras a tamaño natural, realizadas en cartón por mi buen amigo Pepe Sosa, cariñosamente conocido por “El Gotero”. Luego, estas tres figuras, yo las guardaba durante todo el año en el “cuarto” donde dormía. Cuando llegaba la procesión, no se me olvida la imagen del recordado don Abraham González Arencibia, con su sotana y bonete, recordarán, aquellos gorros de cuatro picos que usaban antiguamente los eclesiásticos y seminaristas, Don Abraham, con gran elegancia, se destocaba, con un gesto, mandaba detener la procesión y todos rezábamos un ave María. La procesión continuaba calle Delgado hacia arriba, que se encontraba inundada de macetas con sus preciosas flores y banderillas multicolores de papel, subía por Rojas, donde se encontraba con innumerables altares improvisados, hasta llegar a su Iglesia inacabada. Actualmente permanece esta preciosa costumbre, la de los altares, con Juan Martín Tacoronte, el gran artista conocido por Juan el Decorador. Es el único que sigue reivindicando a Nuestra Señora con una imagen propia que expone en un precioso altar junto a su domicilio para todos los asistentes, que en baja voz dicen –Esta es nuestra Virgen-.

Desde el año 1992, en la época que regía la Parroquia de la Montaña el Sacerdote Don Bernardo Valerón Cabrera, por decisión de varios vecinos reunidos con el mismo en el interior de la mencionada Parroquia, se encargó una imagen, al escultor Don Cayetano Guerra Aguiar. La mayor parte de la vecindad del barrio, asistentes y no asistentes a dicha reunión, estaban convencidos que se trataba de una copia de la imagen tradicional de Nuestra Señora de Fátima que desde el año 1953 se veneraba en el templo, que, aunque la misma es de pasta, es la fiel reproducción de la del Santuario de Fátima, donde se apareció la Virgen. Hemos de decir, que cuando llegó la imagen al barrio, causó una gran sorpresa, sorpresa decimos ya que la imagen nueva no tenía ningún parecido con la tradicional a la que estábamos acostumbrados. Decepcionados, entristecidos, decidimos callar y sufrir en silencio, no quisimos enfrentamos a los que no les importaron el cambio, muchos, sin quererlo se retiraron y decidieron asistir al culto religioso en otros barrios. Queremos dejar claro, que en ningún momento hemos puesto en entredicho el trabajo del escultor, ya que la imagen es preciosa, pero su parecido nada tiene que ver con Nuestra Señora de Fátima.

        No es fácil olvidar, como hemos dicho, que la verdadera imagen de Nuestra Señora de Fátima, es la fiel reproducción de la del Santuario de Fátima, donde se apareció la Virgen, y es venerada en La Montaña desde el año 1953. Llegó a Gáldar gracias a la feliz iniciativa de doña Josefa Henríquez, señora de don Mariano Alemán, antiguo director de la “Escuela Pública” hoy Colegio Fernando Guanarteme. Fue un ofrecimiento de la citada señora para que su hijo don Claudio Alemán Henríquez terminara su carrera de Ingeniero Aeronáutico, gracia que se alcanzó. Costó en aquel entonces 1.000 pesetas, reunidas mediante suscripción en la que participó todo el pueblo, bajo el impulso del recordado y querido Párroco Don Abraham González Arencibia.

Inicialmente, la imagen era venerada en la Parroquia de Santiago Apóstol, desde donde subía cada año en procesión a La Montaña. Todo el vecindario se fijó y logró el objetivo de construir la nueva iglesia para su Patrona y que el solar de su ubicación pasara a propiedad de la Diócesis.

Respetamos la iniciativa del reducido grupo de vecinos que encargó la nueva imagen, y reconocemos el mérito del artista, pero entendemos que su traza se asemeja más a Nuestra Señora de La Milagrosa, no respondiendo a una tradición mantenida por el pueblo galdense a lo largo de casi medio siglo. Esta nueva imagen muy bien se podría denominar como “Nuestra Señora de los Canteros” y podría dignamente acompañar cada año a Nuestra Virgen de Fátima.

        En los escritos que presentábamos, manifestábamos como que, en ningún momento queríamos generar polémica alguna, pero también decíamos que ya no podíamos aguantar más, puesto que todos los años, durante la procesión, el comentario generalizado era: “Que como hemos permitido los vecinos de la Montaña este cambio de Imagen”, inclusive por algunos sacerdotes amigos, pero también nos comentaban que eran los menos indicados en manifestarse. Por ello, nos decidimos a realizar la petición de manera personal. Lo hicimos con el propio don José, con don Pedro Monzón Suárez, don Juan Marrero Hernández, don Carlos María Marrero Moreno y por último, el recién llegado don Vito Ondó Motoso.

        En vista que los intentos personales no dieron su fruto, ya que la mayor parte de las veces, aunque compartían con nosotros de manera personal nuestro deseo, y a modo de excusa nos decían que debíamos realizar la solicitud al Obispado. Decidimos de alguna manera darle fuerza a nuestra petición, y era el recoger mediante firmas debidamente identificadas un apoyo generalizado. A pesar del poco tiempo que cada uno de nosotros contábamos para estos menesteres, recogimos unas 1.800 firmas, y no conseguimos más debido al agotamiento psicológico que empezamos a recibir.

        Lo hicimos de la manera más prudente posible, sin evitar enfrentamientos con nadie, en ningún momento, nos situamos en las puertas de la Parroquia de La Montaña para que las personas que no le importaban el cambio no se sintieran provocadas con nuestro comportamiento. 

Es indudable que la Ciudad de los Guanartemes ve en la primera imagen el símbolo de una devoción que forma parte de su expresión como colectividad, transmitida de una generación a otra. Sin que ello suponga desorbitar el significado y la función de toda representación religiosa, es indudable también, la enorme importancia del factor expuesto para el mantenimiento y la consolidación de la fe. Una prueba al respecto es el decaimiento, percibido generalmente, que venimos observando en las últimas celebraciones del 12 de octubre. 

Por tal motivo, este grupo de vecinos, apoyados por todas las firmas adjuntas, que solamente pretenden mantener y extender la devoción a la Santísima Virgen, mantienen su solicitud, no solo ante los Párrocos mencionados sino también ante los Seglares que les asisten, para entre todos, se interceda para que se proceda a restituir a su lugar original la antigua imagen de Nuestra Señora de Fátima, objeto de veneración en todo el mundo, y bajo cuyo patrocinio Su Santidad el Papa invita a todos los fieles al rezo diario del Santo Rosario.

        No quiero acabar, sin antes, después de cinco largos años transcurridos y que esta situación sigua sin variación alguna, para manifestar, que, aunque me vea solo, seguiré luchando para que mi Virgen de Fátima vuelva a presidir su casa, porque es de ella, de nadie más, y quiero traer aquí la última manifestación pública que realicé en mi Pregón a Santa Teresa de Jesús con motivo de las fiestas patronales de Cañada Honda el pasado mes de Junio, cuando refiriéndome a la imagen de esta Santa y Nuestra Señora del Mar en Caleta de Arriba decía:

        Pero si nuestros canteros están unidos a estas dos imágenes, más vinculación aún tiene con la de la patrona de las dos barriadas de La Montaña, Nuestra Señora de Fátima, que nos acompaña desde el año 1953 y que también costó lo suyo que pudiera tener para su propia iglesia. El amigo Isidro Pérez Guillén, uno de los primeros organizadores de las fiestas, me recordaba que los cantos para construirla los sacaron de la pedrera de Los Aguilares. Había cinco cuadrillas, y don Francisco Hernández Benítez, el cura de la ciudad, comprometía a todas ellas a aportar diecisiete cantos cada una, semanalmente, para la iglesia. Ahora esta imagen permanece relegada en un rincón de su sacristía. Desde esta tribuna, vuelvo a hacer una llamada a quien corresponda. Ojalá las casi dos mil firmas recogidas sean capitaneadas con valentía por el nuevo párroco don Vito, a fin de que la verdadera figura de Nuestra Señora de Fátima vuelva al sitio que le corresponde. Reconozco que estas cosas ponen a más de uno incómodo, pero soy de las personas que piensan que los asuntos se han de exponer a la cara, sin escondernos detrás de nada ni de nadie, entendiendo que ésta es la correcta postura de un buen cristiano.

Ojalá don Vito, Ojalá.

Quiero compartir con todos los oyentes, lo que con toda seguridad están pensando al unísono, y es, la celebre oración que a modo de canción le ofrecemos a Nuestra Señora cada vez que tenemos ocasión, en parte dice así:

                        El trece de mayo en Cova de Iría

                        bajó de los cielos la Virgen María

 

                        Las gracias y dones que Cristo ganó

                        lo alcanzamos Madre con Tu intercesión…

 

                        El Santo Rosario constante hemos de rezar

                        y la paz del mundo el Señor nos dará…

 

                        El amparo de los pueblos Ella nos prestará

                        si el Santo Rosario le queremos rezar                       

A todas y a todos, buen fin de semana, y, hasta el próximo Zurrón