Zurrón de los Recuerdos «Historia de Amor de los antiguos canarios en la necrópolis de la guancha-1988/1989»
Buenos días a todas y a todos.
Quisiera en el día de hoy, que nos llenemos de imaginación, de esa facultad que tiene el alma para representar las imágenes que permanecen en nuestro interior, no olvidándonos de ellas por mucho que pase el tiempo. Ahora, juntos, los que tengamos edad para permitírnoslo, nos trasladamos veinte años hacia atrás, situémonos en 1989 y en un lugar concreto: la Necrópolis de La Guancha, en el Agujero, Gáldar de Gran Canaria, porque quiero narrarles lo que allí sucedió en esa fecha.
Para ello, me voy a basar en el arreglo de un artículo que escribí y se publicó en el Diario de las Palmas el 31 de julio y en La Provincia el 11 de agosto, ambos del año 1990 bajo el título: Fiestas patronales 1990: ¡se perdió un gran espectáculo!
Se leía en un medio de comunicación: «el día 30 de julio, se estrenará una obra teatral que puede marcar un hito histórico en la historia del municipio de Gáldar y de Canarias en general».
Efectivamente se marcó, La mayor parte de los medios de difusión regional como nacional hacían eco de la gran noticia: «Presentación teatral, por primera vez en la historia, un yacimiento arqueológico, será escenario de una obra teatral aborigen, el Grupo de Teatro Ajódar, pondrá en escena HISTORIA DE AMOR DE LOS ANTIGUOS CANARIOS, original de Pedro Castejón González, adaptada por el director del grupo para los escenarios naturales de la NECROPOLIS DE LA GUANCHA, EL AGUJERO, COSTA DE GALDAR DE GRAN CANARIA».
Cientos de personas, liderados por este «loco director», se pusieron en acción; Se llegó a decir que los escenarios naturales de dicha Necrópolis «cobraron vida».
Situándonos en ese día, al llegar a la Plaza de Gáldar, junto al majestuoso Templo de Santiago Apóstol, construido en el solar del antiguo Palacio del Rey Fernando Guanarteme, encontramos un letrero con una hermosa pintadera que el pintor Pepe Dámaso, autor de nuestros Héroes Atlánticos, cedió como reclamo para la obra.
Seguimos hacia la costa y, en un recorrido de casi 2 kilómetros ya entrábamos en situación, pues, en las paredes, de banda a banda, a poca distancia una de otra, montones de pintaderas canarias, todas las conocidas hasta la fecha debidamente diseñadas cubrían el camino hasta llegar a la Costa, allí, en las afueras del recinto arqueológico podíamos presenciar grandes hogueras que iluminaban la oscuridad de la noche, las cuales desprendían olores perfumados de nuestra flora canaria.
En la puerta de entrada, miembros del Grupo organizador, nos entregaba unas ramas de romero que inconscientemente la llevábamos a la nariz, y nos invitaban atravesar durante cinco minutos una callejuela de tierra cubierta con una alfombra original de hojas de eucaliptos verde. A ambos lados, las viviendas de nuestros antiguos canarios cobraban vida gracias a muchos actores debidamente ataviados que hablaban entre sí, acompañados de voluntarios que confeccionaban nuestra alfarería canaria y trasladaban ramas de un lado a otro para no dejar que perdieran vida las llamas de las hogueras.
Al final, nos introducíamos en un inmenso espacio como si de un auditorio descubierto se tratara, ocupado por unas dos mil y pico personas, unas sentadas cómodamente en las sillas existentes y otras que permanecían en pie. Con mucha prudencia y en silencio absoluto, ya que el ambiente te obligaba a ello, nos sentamos a ras del propio suelo.
Al poco rato, delante de nuestros asombrados ojos, veíamos como se iluminaba muy lentamente el conocido Barranco de las Arenas, que con efectos especiales daban la impresión encontrarse cubierto de agua y arbolada. Un foco iluminaba a una persona, al poco, reconocemos que se trataba del prestigioso y conocido profesor de la Universidad Complutense de Madrid, el arqueólogo don Celso Martín de Guzmán, que, con breves y profundas palabras, nos recordaba el camino recorrido, nos explicaba el histórico triángulo formado entre la Cueva Pintada, el Templo Matriz y el Recinto Sagrado que pisábamos.
Cuando ya estábamos totalmente situados, puesto que en todo momento nuestros oídos se iban acostumbrando al ruido de los tambores que resonaban en nuestros oídos, muy lentamente, comenzaba a iluminarse el resto del barranco mencionado.
De la oscuridad aparecieron varios pastores que mientras corrían practicaban el conocido deporte “el Salto del Pastor”, perseguían a alguien, que desde la distancia de cincuenta metros que nos encontrábamos, (decidido por la dirección del evento para lograr la magia necesaria), veíamos que se trataba de Benarguín, que les indicaba el camino hasta llegar a Nariz de Perro.
Dos guardas aborígenes lograron prenderle, lo conducen al Sacerdote BENHAJONDE, Gobernador de Tunte, posteriormente es recibido por el guarda del recinto, Naguadac y a continuación lo trasladan al Gran TAMASEN.
Después de varios diálogos y atendiendo la petición del reo, que imploraba ser juzgado por la Gran Madre y Sacerdotisa de Gáldar, Andamana, se dirigen hacia la Capital de la Isla.
Comienzan el recorrido por unos caminos muy bien logrados, y acompañados por el sonido de caracolas y gaviotas que revoleteaban, llegan a la Cueva Pintada bellamente reproducida con pintura y arena del lugar en unos enormes tableros.
Desde donde nos encofrábamos, presenciábamos los puntos más importantes de nuestra Isla en los 6.000 metros cuadrados de escenarios originalmente ambientados. Al fondo, el gran Túmulo Real, y presidiéndolo todo a nuestra derecha la gran mole de La Montaña Ajódar, que era hermosamente iluminada por la luna llena.
40.000 vatios de sonido, 60.000 de luz, diez técnicos que corrían en las sombras para que todo funcionase como estaba previsto, ayudantes, apuntadores, regidores, alguien que se introducía en las profundidades de la cista central para que el efecto de la aparición de Andamana fuese lo más natural posible, con humos, colorido y espectacularidad.
Quién diría, que justamente, a los 150 años de la invención de la fotografía por Niepce y Daguerre, el Túmulo Real de la Guancha, en el Yacimiento Arqueológico en el Agujero, de Gáldar, pudiera ser fotografiado por primera vez, en la historia, debidamente iluminado por todos sus costados como bien se puede apreciar en los archivos videográficos existentes.
La realidad, la fantasía, la historia y la leyenda se entremezclaban, se cruzaban y se fundían en el precioso relato formando momentos que fueron retazos de vida, esperanza, lucha, amistad y nobleza. Igual al fino entrelazado de juncos y hojas de palmas, teñidos con jugos de flores y hierbas, con los que los antiguos canarios confeccionaban sus vestidos, cestas y esteras.
Se pudieron presenciar una exhibición de todos nuestros deportes autóctonos: La Lucha Canaria, por miembros del Club de Luchas de la ciudad, con poemas de Viana en la voz de Salvador Sánchez García, «Borito». Levantada de Piedra por los conocidos «Puntales», Antonio Pérez «Tonono», Juan Tacoronte y Gustavo Ramos. Exhibición de la «Lucha del Garrote» que coordinara Jorge Domínguez. Y muchos Ritos Canarios. La Fantasía muy bien lograda por el Ballet de Josefa Morales. Los actores del Grupo y el voluntariado existente debidamente coordinados, lograron trasladar a todos los asistentes a la época de nuestra Reina Andamana y el gran señor de las Cuevas de Facaracas, conocido por Gumidafe.
Podríamos añadir al presente relato, el final de un artículo de nuestro Cronista Oficial Martín Moreno publicado en La Provincia del 7 de agosto del 1989, que decía:
“El gran Escritor alemán James Krüs con fama internacional hacia las siguientes declaraciones: Yo creo que, si hubieran estado aquí esta noche los americanos, con sus dólares, su sentido de la espectacularidad, su oficio comercial y sus cámaras de televisión, hubiesen deleitado al mundo con un espectáculo maravilloso, desde este rincón de Canarias”. Y acababa el Cronista con estas palabras: Quiero decir que estos valientes jóvenes de Gáldar han brindado una idea que merece ser recompensada».
Todo esto, aunque parezca un sueño lleno de fantasía, fue cierto, ¡fue cierto!, y durante dos ediciones consecutivas, 31 y 30 de julio de los años 1988 y 1989, con la mayor parte de los gastos financiados por los fondos del Grupo de Teatro y lo poco que se pudo recaudar en taquilla, ya que fue imposible el control del público por el desborde que hubo, se llevó a cabo esta aventura.
No obstante, no dejábamos de reconocer, que un espectáculo de estas características debería haber sido totalmente gratuito, no sólo por su magnitud histórica sino también, por formar parte de las fiestas patronales (pero en aquel caso, por su inclusión en el programa de actos, no por su financiación).
Todos los pocos recursos económicos del grupo organizador, los invirtió en estos espectáculos. Quiero dejar patente que siempre, contábamos con la aportación de la iluminación y el sonido financiados por el Cabildo Insular y la Sociedad Canaria de las Artes Escénicas y de la Música del Gobierno de Canarias.
Pero por y con todo eso, ¡AJODAR NO PUDO MAS!, no pudo embarcarse en una nueva aventura que los llevaría a la quiebra total.
Por ello, y en la confianza de que por parte de los organizadores de nuestras fiestas patronales verían con interés este espectáculo, les enviamos un escrito que a modo de SOS se publicó en el Diario de Las Palmas con fecha 12 de junio de aquel año. En el mismo, se exponía la intención del Grupo organizador de representar anualmente la Historia de Canaria (en capítulos), en los mismos escenarios de la Necrópolis, para finalizar con la puesta en escena de un arreglo personal de la película TIRMA, y esta sería, la que semanalmente se pondría en escena a nivel comercial, ya que se aprovecharía, el presunto túnel existente entre la plaza de Santiago y la Necrópolis para el traslado de los espectadores. Este podría ser, el futuro turístico y económico de la ciudad.
Se dio un plazo prudencial para que confirmaran el interés de la representación. Todo fueron evasivas por los entonces concejales de Cultura y de Festejos.
Por mi parte, acabé aclarándoles que el Grupo de Teatro, prácticamente lo que necesitaba era estímulo, ya que todos estábamos dispuestos como siempre a ejercitar esta labor sin lucro alguno, y que muchas Entidades colaboradoras del mismo se quedaron a la espera de un mínimo agradecimiento. Inclusive el Grupo con el conocido y amplio historial, no llegó a recibir ni un saluda de felicitación por parte de su Ayuntamiento. Ni siquiera un local donde reunirse, por no tener, no tenían nada y siempre se encontraban en la calle y de prestado, como hasta la fecha actual.
Por aquella época, existía un comentario en la calle en relación a un espectáculo folklórico que se había celebrado en la Plaza de Santiago, cuando no dejaron cantar a Juanito Quintana El Claca con sus Cebolleros, era este: “Las personas pasan, los Concejales también, pero las instituciones quedan” y es lo que yo le decía a mi grupo y a otras entidades culturales que se sentían afectadas, ¡ánimo y adelante!, aguantemos por ahora, el público nos entenderá, nuestro pueblo también, y por supuesto ya vendrán tiempos mejores. Qué curioso, desde aquellas fechas, hace veinte años, seguimos esperando por tiempos mejores.
Razón tenía el compañero Juan Ruiz Tacoronte en un artículo escrito en su página Web sobre la Cultura Galdense, cuando aparte de entrecomillarla reflexionaba sobre la “suerte” (también entrecomillada) que ha tenido Gáldar con los Concejales de Cultura que les ha tocado gobernar.
Terminaba mi artículo diciendo y preguntando a los responsables de la cultura y de las fiestas de mi Ayuntamiento: ¿PORQUE PERMITIERON QUE SE PERDIERA EN LAS FIESTAS PATRONALES DE 1990 UN GRAN ESPECTACULO?
Esto es una síntesis de lo publicado en su momento, entiéndase que aún existe mucha más documentación, escrita y periodística que justifica por qué dejamos de poner en escena esta preciosa obra, pero, así y todo, aún no perdemos la esperanza de verla nuevamente en la Necrópolis para que las nuevas generaciones disfruten del precioso espectáculo.
Quiero acabar como así se hiciera en la representación, con la voz en off del conocido especialista de la lucha canaria, Salvador Sánchez García “Borito” cuando relataba un texto propio:
…” Ensoñación, Patria, Camino. Canarias vibra, vive, lucha. El mar, sinfonías infinitas, suave caricia, tempestad, reloj sin cuerda, amante rodeando, amorosamente al volcán dispuesto a encenderse, incendiarse.
Camino hacia la magia, fulgor, futuro presentido. Esperar siglos y siglos. Conquista. El pueblo tomará la antorcha de la libertad iluminada, entre brumas, rayos, destellos y esperanza. Encontrará su voz ilusionada, entonará a los cuatro vientos una nueva cantata, apoteósica, humana, atlántica, sonora, misteriosa, válida, soñada.
Siempre camino abierto. Isla, apagado volcán, soterrado rugido. Vida. Incierto futuro, ensoñación, patria, camino lucha.
Sinfonía inacabada. Fecundación del abismo. Historia en marcha, renovada, revivida, oculta, brumosa. Por los siglos, por los siglos…”
Y ya, ¡volvamos a la realidad! Ahora permítanme que formule la siguiente pregunta que va dirigida a quien corresponda: ¿Se recuperará este gran espectáculo?, Ojalá que sí, ¡Ojalá!
Muchas gracias a todas y a todos, y que tengamos un buen día. ¡Hasta el próximo Zurrón!
Ángel Ruiz Quesada
10 de enero de 2009