Mi reflexión ante el Coronavirus en España, 23 de marzo del 2020 por Ángel Ruiz Quesada

Published On: marzo 28, 2020Categories: Mis Reflexiones
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Queridos amigos, ante esta situación conocida por todo el mundo, nunca mejor dicho “por todo el mundo, quiero hacer mi reflexión personal ante la misma, y lo quiero hacer de la manera más positiva que pueda hacerlo. Mi humilde objetivo lo es para ayudar a superar esta prueba que estamos pasando, y digo “Prueba” porque tengo la completa seguridad de que se trata de eso, de una sola “Prueba” que nos pone la vida, y es para que, en ningún momento nos olvidemos de todas las personas que siempre, siempre, están cuidando de nosotros, empezando por todas las que se dedican a la limpieza, no solo la de nuestras calles, sino también de la limpieza de los comercios, de los Centros Públicos, de nuestras viviendas, de aquellas que se puedan permitir contratar estos servicios, de los hospitales, repito, de los hospitales. Curiosamente, en todos los mensajes de nuestros políticos, cuando hablaban de nuestros estupendos sanitarios, en casa siempre recordamos a este sector, pues yo, al ser funcionario, tuve la suerte de tratarlos, y siempre digo que, con quienes “mejor me llevaba” era con los mismos, siempre al tanto de todos nosotros, de cualquier detalle… incluso hoy, con muchos de ellos, ahora en mi situación de jubilado, nos llamamos felicitándonos en días puntuales… muchas mujeres, muchos hombres… ¡Cuanta falta hace en esta situación!

A los Vigilantes de seguridad, cuánta seguridad nos dan cuando nos tropezamos con algunos de ellos, mujeres, hombres, velando por infinidad de centros públicos…y qué decir de los sanitarios, nuestros especialistas, nuestros médicos de cabecera o médicos de familia como dicen ahora, nuestras enfermeras y enfermeros, nuestros auxiliares clínicos, que son los que más, íntimamente, están cerca de todos nosotros cuando los necesitamos, nuestros celadores y celadoras, conductores de ambulancias, personal administrativo…nuestras farmacias, y también no quiero pasar por alto a nuestros sacerdotes con sus misas diarias, que ahora como nunca, hasta el Papa Francisco, nos regala preciosas reflexiones.

Nuestros Guardias Municipales, siempre tan cercanos a nosotros, nuestra Guardia Civil, nuestra Policía, nuestra Justicia, nuestros Militares, todos, todos, vigilantes constantes de nosotros, y a estos últimos, no los miremos en plan despectivo, no, porque en esta situación nos están demostrando lo que siempre han hecho, vigilar nuestra seguridad. Se sabe que, en todas las áreas existen desaprensivos que no lo ven así, porque hemos de tener en cuenta que ha existido, existe y existirá el bien y el mal… así nos lo tiene marcado nuestro Dios, queramos o no.

Cuántas profesiones están constantemente a nuestro servicio, nuestros agricultores, ganaderos, pescadores, personal portuario, marinos, bien del ejército o como civiles. Los comercios de todas las vertientes, especialmente los de la alimentación, como los supermercados con sus reponedores, sus cajeras, los transportistas, los taxistas, pilotos, controladores, azafatas, personal de mantenimiento, las estaciones de servicio, repartidores de gas, panaderos, personal de correos, personal al servicio del agua de abasto, de la luz, del teléfono y no sé cuantas especialidades  más porque son interminables.

Y qué decir, son servicios que ya ni le damos importancia, incluso, hasta les exigimos con frases despectivas – “para eso les pagamos”, pero nos olvidamos que su especialidad es mirar por nosotros. Y qué decir de los medios de comunicación, en todas las áreas, son los que ahora nos acompañan día a día, minuto a minuto.

Y son los que ningunos de ellos, se pueden permitir “Permanecer en casa”, y los que lo podemos hacer, estamos a punto de estallar, nos llegamos a olvidar que en esta situación no hay otro remedio, por ello vaya desde aquí nuestro sincero agradecimiento a todos y cada uno de esos valiente, mujeres y hombres,  porque con ellos y el sacrificio de todos nosotros, esto, lo superaremos, con toda certeza, porque solo se trata… de una prueba.

Por todo ello, de alguna manera, hemos de bendecir esta prueba, sí, bendecirla, porque por medio de ella, nos estamos dando cuenta de que nos hacemos falta todos, todos nos hacemos falta, todos somos necesarios… y nos es justo, tanta Lujuria, tanta Gula, tanta Avaricia, tanta Pereza, tanta Ira, tanta Envidia, tanta Soberbia… eso, que de pequeños nos enseñaban como los “Siete Pecados Capitales”, que ya, ni les llamamos pecado, ya los practicamos como cosa normal, y qué decir de la Mentira, que la mayoría de nuestros políticos, aunque existan las hemerotecas que les recuerdan sus promesas, nos siguen mintiendo con una inusitada naturalidad, y no sólo ellos, sino muchos ciudadanos, afortunadamente ya muy pocos, que para conseguir favores les alaban como si de Dioses se tratara…

Pero ahora, se trata de ofrecernos a ayudar a todos aquellos que no lo pueden superar, que lo necesitan de verdad, les debemos tranquilizar con el convencimiento de que esto pasará, lástima, de los que no lo pueden contar, recemos los que sepamos hacerlo, incluso por los que dicen que no vale la pena, a sabiendas de que esta “prueba” nos dará la confianza de que Dios existe, y que Dios se compadecerá de todos nosotros, porque después, cuando pase todo, porque pasará, se lo vamos a demostrar, con el cambio radical de nuestro comportamiento.

Apoyemos a tantas y tantas personas mayores que se encuentran solos en su vivienda, a tantas y tantas personas que tienes a sus hijos en edad escolar junto a ellos ya que no pueden estar normalmente en su colegio…

Llamemos a aquella persona que no recibe una llamada de aquel que conoce y que, por sus ocupaciones no lo hemos hecho desde hace muchísimo tiempo.

Hemos de compartir nuestras oraciones, no recemos de manera individual, recemos por todos nuestros vecinos que, hasta ahora ni siquiera les hemos saludado cuando nos cruzamos en la calle.

El pasado domingo, a las siete de la tarde, frente a casa, en el ambulatorio, oía las ambulancias de nuestro pueblo que se acercaban para darles un  aplauso a nuestros sanitarios, hagamos lo mismo que se hace diariamente a nivel nacional, salgamos a las ventanas, saludemos a los vecinos de enfrente por medio del aplauso, el que quiera rezar que rece, el que quiera cantar que cante, al menos saludémonos y apoyemos con este gesto a todos los que están cuidando de nosotros. Que nos acompañe también, el sonido de las campanas de nuestras iglesias, hagamos el gesto de colocar en nuestra ventana la bandera nacional o aquello que se nos ocurra como símbolo de unión…

Todos juntos, porque todos juntos lo lograremos…hagamos caso a quienes nos gobierna, ojalá tengan el gesto de humildad no solo de solicitar, sino de aceptar la colaboración de todos, sean del color que sean, porque nos necesitamos todos, porque juntos, todos juntos podremos superar esta prueba. Hagamos caso de quienes llevan la dirección de esta situación…Nosotros nos quedamos en casa, así que todos, todos, quedémonos en casa hasta que nos digan que podremos salir de nuevo, que seguro, seguro será muy pronto…

Un cariñoso abrazo «espiritual” para todos de…

Ángel Ruiz Quesada