Buenos días a todas y a todos. El título del trabajo del día de hoy lo he titulado:
Primera parte
LA CUEVA PINTADA DE GÁLDAR, EL BELÉN DE GARACHICO-TENERIFE Y LAS COSTURERAS DE LAURA MONZÓN SUÁREZ
Antes de comenzar y con el permiso de todos los oyentes, me gustaría hacer una dedicatoria especial a uno del fan que tiene esta emisora. No de este programa en concreto, así que no me lo quiero apuntar, sino de todos y cada uno de los que se emiten por Radio Doramas. Sobre todo, cuando en sus horas musicales se escucha la música sudamericana, así como boleros, rancheras, etc. Cuando su dueño va a ausentarse por momentos de su vivienda y nota que se le ha olvidado de conectar el aparato, con ladridos cariñosos se lo recuerda. Se trata de un animal que todos los invidentes lo reconocen y aprecian muchísimo, porque son muy disciplinados y sus mejores lazarillos. Del fan que les hablo se llama Rex, como el de la serie televisiva. Tiene aproximadamente unos 49 años como persona y 7 como animal. Rex, es muy pacífico, manso, tranquilo, muy alegre y nada agresivo, es muy obediente y dócil. Siempre ha demostrado un buen carácter con toda la familia que le ha dado cobijo durante su vida. Pero curiosamente, desde hace unos dos años, cada vez que llega el día 13 de mayo, se le nota algo molesto, incluso cuando le nombran a la Virgen de Fátima. Ya que exactamente ese día, la Virgen le quitó a su mejor compañera, a Pepita Rodríguez, fue cuando junto a él se desvaneció y por mucho que ladró, ella no le escuchaba. Justo a los dos días, el de su patrón, San Isidro el labrador, se la llevaban definitivamente. Es hasta hoy y no lo logra entender.
Pero junto a su lado tiene un nuevo compañero, el siempre respetado y admirado amigo de este que les habla, don Luis Ramírez, que le ha prometido no desprenderse de él durante toda la vida que le queda, hasta que nuevamente se vean juntos, porque se verán. Por eso, aunque le sea difícil entenderlo ha recobrado nuevamente la alegría. Así que, desde aquí, un recuerdo cariñoso para Pepita Rodríguez, don Luis Ramírez y en especial para Rex.
Ahora ya, paso a relatarles el trabajo que les he preparado para el día de hoy.
Al igual que el día de Santa Lucía que revolví en el zurrón hasta encontrar lo que buscaba, me ha pasado esta semana, pues al leer en varios medios de comunicación que La Cueva Pintada y, con motivo de las navidades de este año, se había trasladado a Garachico, en Tenerife, quise encontrar algo relacionado con la misma, quizás por este motivo debiera empezar por este tema, pero quiero hacerlo en el sentido cronológico. No obstante, quiero aclarar, que lo del traslado es sólo una frase metafórica.
De la Cueva Pintada de Gáldar, en Gran Canaria, a estas fechas, ya se han escrito muchos ríos de tinta. Curiosamente, comienzas a oír narraciones y narraciones de muchos comentaristas que parecen como si hubieran vivido cerca de ella, trabajos de investigación relacionados con la arqueología, la etnografía y muchos otros han enriquecido nuestras bibliotecas con interesantes publicaciones que se encuentra a disposición de cualquier solicitante.
Pero lo que quiero hoy traer aquí, no es ni mucho menos estos trabajos académicos, bastante les han costado a los historiadores para que yo me limitara a localizarlos y a copiarles. La parte que quiero tratar es la más humana, la de las personas que sin pretenderlo estaban conviviendo con lo que se fuese a convertir en la joya más apreciada por todas las instituciones, la nacional, regional, insular y local. Ello ha sido motivo de varios conflictos a la hora de su apertura, conflictos que a estas fechas, solo han servido para culparse mutuamente del fracaso en su explotación, que entiendo, que si el mismo interés que existió para que estas instituciones nombradas financiase el coste de su restauración se hubiese tenido para concienciar a las mismas y compartir la responsabilidad por medio de un consorcio común, hoy no se estuviesen culpando unos a otros, porque es inexplicable que el Ayuntamiento donde se encuentra ubicada, el de nuestra ciudad, no forme parte de ningunas de las comisiones existentes. Ojala lleguen a un acuerdo y no se eche por tierra lo que tanto sudores ha costado, durante más de 20 años antes de abrir las puertas a sus visitantes.
Quiero trasladarme a los años 60, cuando a La Cueva se accedía por un boquete que producía malos olores en medio de una finca de plataneras, pues con anterioridad aquel hueco fue encierro de cerdos y depósito de estiércol.
Afortunadamente el Ayuntamiento de Gáldar a través de sus sucesivos alcaldes y corporaciones la salvó inicialmente de su total desaparición al habilitar poco después del descubrimiento una escalera de acceso y un muro para evitar los derrumbamientos.
A la finca se accedía por medio de una serventía en la trasera de la calle Audiencia. En ella se encontraba y aún hasta estas fechas existe, varias viviendas, entre ellas parte del domicilio de Pino Valencia, muy conocida en la ciudad por sus exquisitos dulces y típicos buñuelos que elabora y nos permite saborear desde hace años en la procesión de la Virgen de La Vega, que se celebra en la primavera de cada año. Ojalá se cumpla su añorado deseo, la fabricación de un horno industrial municipal para impartir las clases necesarias dando a conocer sus interesantes recetas a las nuevas generaciones.
Antes de entrar a dicha serventía, había que cruzar un gran solar, donde hoy se haya el Ambulatorio de especialidades. En aquel solar, que lo recuerdo lleno de adoquines para ser utilizados en el asfalto de la Calle Capitán Quesada, conocida por “La Calle larga”. También se instalaban el Circo, los parques de atracciones, donde podíamos disfrutar de los cochitos, la Ola, el Tobogán, La Montaña Rusa y otros atractivos de feria.
En la construcción del Ambulatorio, cuando no era necesario los estudios previos por la Dirección General de Patrimonio Histórico ya que aún no existía, aparecieron muchos restos de cerámicas aborígenes que hoy en día descansan en varios domicilios de la ciudad.
Por la mencionada serventía, también se encontraba una pequeña casita de tejas, propiedad de don Tomás Monzón, en ella estaba ubicada La Costura de su hija, Laura Monzón Suárez.
Allí acostumbraban a ir las jóvenes “futuras amas de casa” a aprender a coser, incluso a “zurcir”.
Las alumnas de esta costura, entre los que se encontraba mi mujer, mi novia por aquel entonces, Juani Molina Vega, eran las siguientes: Cita Molinos, Nena Pérez, Siona Ramírez, Pino Gil, Arminda López, Antonoñita Bolaños, Catalina y Mari López, Milagrosa, Reyes, Olimpia, Margarita Velásquez, Estrella, Paca Castillo, Carmita, Dora Tacoronte, Pepa Gil, Toñi Cruz, Carmenza Díaz, Humildad Ramos, Pepita, Loly, Pinito, Pepa Guzmán, Pino Molina, Eloina, Loli Castillo, Purita, Pepita Ramos, Mercedes y muchas más.
El horario era desde las 14 a las 18 horas. Bien antes o bien después de esas horas, siempre daban una vueltita a la plaza. En varias ocasiones cuando llevaban las medias a coser en casa de Andreíta en la calle Santiago.
Mi mujer, me cuenta hoy infinidad de anécdotas que comparte con frecuencia cada vez que se tropieza con alguna de sus compañeras. Una de ellas era la siguiente:
Cogían un plato, y a escondidas, con una vela lo tiznaban por la parte baja, lo colocaban en una habitación, entraban con una compañera que “deseaban” ver a su novio o a algún conocido. Cerraban la puerta, y a oscuras le empezaban a hacer cruces en la frente, en los cachetes, en la nariz, mientras, la “deseosa” tenía que repetir el nombre de la persona que quería ver cada vez que le hacía una cruz. Es curioso, ya que a veces, decía que lo estaba viendo. Una vez finalizaba el rito, abrían la puerta, y con la claridad se veían en el espejo que estaba totalmente negra.
Este grupo de mujeres, me atrevería a decir que eran los primeros moradores de la Cueva Pintada, en muchas ocasiones mi mujer con alguna que otra atrevida, incluso con temor y con la luz de una vela bajaba con bastante dificultad a presenciar las hermosas pinturas. Curiosamente, el pasado 5 de diciembre, organizó un primer encuentro con todas las alumnas, entre unas y otras, esto es, las de la primera y segunda etapa, llegaron a sumar unas 38 personas, aunque no asistieron todas por diversas razones, las que si fueron se comprometieron en celebrar este encuentro en la navidad de cada año.
Allí se contaron diversas anécdotas, imaginémonos, todo lo que se puede contar cuando se reúne montones de mujeres en un salón, lo digo en sentido cariñoso. Y no es una locura si propongo a los responsables actuales de la administración del Parque Arqueológico la organización de una mesa redonda con todas estas costureras, seguramente todo lo que ellas cuenten serviría para formar parte de la historia más humana de este hermoso recinto.
Siguiendo en los 60, cuando yo contaba con unos 18, me llamaba poderosamente la atención unos enormes cuadros que colgaban en las paredes de la vivienda donde yo residía. Les confieso, que antes de comenzar este trabajo, me fui al domicilio de mi hermana a comprobarlo, allí estaban.
Como curiosidad, les boy a transcribir lo que se recoge en uno de ellos, dice así: Instituto Universal de Corte y Confección. Sistema Martí bajo la protección Internacional. Metodizador de la Enseñanza del Ramo Profesional del Vestido. Autorizado por el Gobierno con Privilegios Exclusivos. Doña Teresa Missé Martí. Directora General de la Institución Internacional Martí Certifica, que habiendo Doña Juana Ruiz Quesada, (mi hermana Nena) cursado sus estudios en la Academia de doña Concepción Navarro en Gáldar, y demostrado su suficiencia para ejercer el cargo de Profesora de Corte y confección Sistema Martí en los ejercicios efectuados en el citado Centro de Enseñanzas y aprobados por el Consejo de exámenes de esta dirección con la calificación de Sobresaliente de Honor todos sus trabajos de corte y confección ha sido autorizada para ejercer el expresado cargo con arreglo a lo que previene el reglamento y plan de enseñanza de esta institución internacional. Y para que conste en virtud de lo prevenido libramos el presente en Barcelona, a 16 de mayo de 1961. Al final firmaban todos los responsables del Instituto.
Este nombramiento, le permitió impartir clases a varias señoritas cobrando 5 pesetas al mes a cada una de las asistentes. Y así estuvo “cosiendo pa’ la calle”, vestidos, abrigos y trajes de boda, hasta que cambió esta profesión por la de cocinera con su marido Salvador Monzón en el conocido bar de los churros en la oficina. La frase de “coser para la calle” era muy usual, pero luego tuvieron que retirarla, ya que se empezó a confundir con las mujeres que cobraban por ofrecer su cuerpo para uso sexual.
Por aquel entonces, mi hermana recuerda otras costuras, la de Dominguita en San Sebastián, doña Leonor, Susana Cubas en La Montaña y Conchita Navarro en Barrial.
Traigo aquí la anécdota que me contara mi amigo y desaparecido Diego Calcines Molina, y que recogí en mi pregón a las fiestas patronales, cuando me decía que su abuela paterna, vivía en Las Cuevas de La audiencia, vendía cal y petróleo y hacía ropa de hombre; se trataba de Antonia Vera, conocida por Antonia rosa, única que hacía ropa de hombre en el pueblo y que, cuando tomaba las medidas, hacía la clásica pregunta: “¿Para qué lado carga?
Se que estos datos les traerán muchos recuerdos a varias mujeres que como mi hermana se dedicaron a esta preciosa labor de la costura, y que yo por falta de más información no las haya nombrado, pero permítanme representarlas a todas en ella que me lo ha contado con toda la humildad que nos caracteriza.
Este trabajo lo he realizado con todo el cariño que se pueda expresar para esta profesión, que a muchas de nuestras mujeres les sirvió no solo como preparación para ser una buena ama de casa, objetivo primordial de la época, sino también para paliar muchas necesidades que al día de hoy parece que contra de nuestra voluntad empieza a recobrar vida.
Al llegar aquí, habrán notado que en el comentario aún no he hablado del otro tema dado en el titular. Quiero rogarles que me permitan compartirlo en dos facetas, la primera parte es el de la Costura, que les he narrado no queriendo confundir su encanto, y que, la del Belén, realizado por Vicente Días en Garachico, para no añadir nada más en el día de hoy al interesante comentario sobre los belenes en Canarias del buen amigo Fernando Malas lo deje para la segunda parte.
Les hablaré de la relación de la Cueva Pintada con el Belén, que al tener una connotación importante con estas fechas prefiero, arrancar el nuevo año con este tema, pues todos saben que están en camino Melchor, Gaspar y Baltasar, los tres Reyes Magos de Oriente, así que atención todos los niños y niñas que me escuchan: Están en camino Melchor, Gaspar y Baltasar, los tres Reyes Magos de Oriente que visitarán el Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo a llevarles montones de regalos, y de paso traerles lo que se pueda de todo lo que ustedes han pedido.
Pero antes de despedirme, igual deseo que les manifesté en el pasado Zurrón, lo tendré hoy con el nuevo año que se nos avecina dentro de muy poco. Y es que durante los trescientos sesenta y cinco días del próximo año 2009 que nos espera, procuremos llevarnos bien con todos los que nos rodean, pero para ello, hemos de comprometernos a no hablar de nadie cuando no esté presente, y si tenemos algo con ese alguien, que tengamos la valentía de decírselo en su cara para que pueda defenderse. Que no recibamos mensajes de nadie que creen agradarnos por contarnos lo que otros dicen de nosotros. Que se acabe de una vez la agresividad, la envidia y la soberbia. En una palabra, que tengamos paz y el amor constantemente en todos nosotros, y que nos ayudemos por el bien de nuestros hijos que son la generación del futuro.
Muchas gracias a todos por escucharme y que tengamos un buen día. ¡Hasta el próximo zurrón!
Ángel Ruiz Quesada
27 de diciembre de 2008