Antes de escribir el presente artículo, quiero decir que, me da la impresión, que en más de una ocasión he dicho esta frase: -¿Para qué escribir, si no vale la pena?- Pero luego, recapacito y comienzo a hacerlo. Quizás sea por el último comentario que tuve con una de mis hijas, cuando me manifestaba este mismo pensamiento: -¿Para qué Papá? Si no vale la pena, ¡Todo son iguales! Y son muy pocos los que se manifiestan como tú, con tu nombre y con tus apellidos-. Yo le recriminaba diciéndole: -Por lo que esperas hija mía, por lo que esperas-.
Pues sí, por lo que espera y esperamos de una de mis hijas, el que será mi primer nieto. Pues los que tenemos un poco de valentía, porque es triste decirlo, en estos tiempos, como bien decía nuestro Sr. Obispo en la homilía que le dedicó al Apóstol Santiago el pasado día 25 de julio: –Estos tiempos se parecen mucho a los de antes, cuando no se podía hablar. Parece que la historia se repite. Hoy, sin embargo, podemos hablar, sí, podemos hablar, pero, ¡agárrate!, agárrate, porque si encima que hablas dices las verdades que a otros u otras no le gustan escuchar, te vendrán los desprecios no deseados, las miradas y los gestos agresivos. Pero no cabe la menor duda, de que, estas personas, cuando te ven, simulan que no te han visto, o mejor agacharán la cabeza ó, echarán por otra calle.
Pero creo, que ante nuestros hijos, aunque te aconsejen lo contrario, es lo mejor que debemos hacer, debemos hablar, escribir, aprovechar los medios que afortunadamente tenemos a nuestro alcance: audiovisuales o escritos, bien en soporte de papel o lo más que está de moda, las páginas virtuales, para manifestar lo que pensamos. Pero eso sí, y es mi parecer, no escondiéndonos nunca en un anónimo, menos aún emplear un nombre falso para descalificar, entiendo que esos tiempos ya han pasado. Debemos dar nuestro nombre para demostrar en todo momento, que nuestras verdades «son enteras», nunca, «a medias». Y también, lo más importante, que en todo momento nos responsabilicemos de todo lo que digamos.
Ahora ya, comienzo con lo que me ha llevado a escribir en el día de hoy el presente artículo.
Hoy, día 8 de agosto, conmemoramos a Santo Domingo de Guzmán, aquel que fuera Sacerdote y fundador de los Dominicos. Creador de una nueva forma de propagar la fe, que fundó la Orden de Predicadores, para renovar en la Iglesia la manera apostólica de vida, mandando a sus hermanos que se entregaran al servicio del próximo con la oración, el estudio y el ministerio de la Palabra.
El motivo, es también, después de otro comentario de otra de mis hijas. El pasado sábado día 1 de agosto, llegaba junto a su marido a casa a la hora del almuerzo. Le notaba que me quería decir algo pero no arrancaba. Al final se decidió, y comenzó diciendo: -Mira Papá, aunque él (su marido), me rogó que no te dijera nada, para que no te mortificaras, ¡no puedo aguantar!, te lo voy a decir. Estábamos tomándonos un refresco en el Restaurante la Traba, y con disgusto veíamos a montones de turistas que venían desde La Cueva Pintada, se quedaban mirando a través de las rejas en el Ayuntamiento y entre ellos con sus miradas se preguntaban el porqué estaba cerrado. Junto a la puerta, veíamos que fotografiaban hacia adentro. Nosotros, desde donde estábamos nos imaginábamos que lo hacían hacia el pequeño círculo de cristal que tiene la puerta de madera, donde se puede ver las ramas del Drago…-
Yo, le contestaba con bastante pena, cómo que hacía unos días, concretamente, el día 29 de julio, leía en la página infonortedigital.com una noticia con este titular: SEIS EMPRESAS Y DOS CONCEJALÍAS DE GÁLDAR RECIBIERON EL DISTINTIVO DE CALIDAD TURÍSTICA. No pongo en duda, ¡Dios me libre! los motivos por los cuales son merecedores de esta distinción, a las seis empresas: Delmy Artesanía Regalos, La Casa Vieja; Guaguas Guzmán; Guaguas Gumidafe; Buceo Norte y La Tienda de la Cueva Pintada. A todas ellas a las cuales, aprovecho para darles mi más sincera enhorabuena por el distintivo recibido como «Modelo de Aproximación a la Calidad Turística», y como bien dijo el Alcalde de nuestra ciudad: …por su profesionalidad y buen hacer, así como por el trabajo realizado para lograrlo.
Pero que las Concejalías de Playas (Embellecimiento, Parques, Jardines, Mercado y Cementerio) y la de Turismo (Desarrollo Socioeconómico, Personal, Medianías y Comunicación) hayan entrado en el mismo «paquete», creo que desmerece en su totalidad dichas distinciones. Por muy bien que esté la magnífica Playa de Sardina del Norte, de la cual, nos orgullecemos, que es el motivo por la cual se le otorgó dicha distinción. Y por muy magnífica que esté, la Oficina de Información Turística de Gáldar, pues con lo anteriormente relatado, creo que se caen por su propio peso.
Es más, hoy sábado, sobre las 12,30 horas, a mi mujer y a mí, se nos ocurrió por darnos una vuelta a nuestra Plaza de Santiago. Curiosamente, la escena que nos narraba mi hija y mi yerno, la pudimos comprobar con nuestros propios ojos nuevamente. Y digo «nuevamente» porque, es la misma que se repite cualquier fin de semana en nuestro municipio. Nos acercamos hasta la puerta de la Cueva Pintada. Vimos un Grupo de Turistas, le seguimos los pasos. Se pusieron a mirar el precioso frontis de nuestro Teatro Municipal, un grupo se colocaba junto a la puerta que permanecía cerrada (otra vez por obras), y uno de ellos recogía la instantánea fotográfica. Llegaron a las rejas de la puerta del Ayuntamiento, herméticamente cerradas, repetían la escena, otra fotografía. Luego, entraron a nuestro templo. Mientras, nosotros dábamos unas vueltitas a la Plaza, comenzamos a disfrutar de las «Siemprevivas de Amagro» que están plantadas en los jardines, ¡pobrecitas! Qué diferencia con la que tenemos en casa. ¡Claro! A ello mi mujer me decía. -Ángel, ¿tú no ves que quizás las pobres son regadas con garrafas de plástico? – ¿Qué me dices?- -le pregunté- -¡Pues sí!, y no me digas que no, que yo lo he visto con mis ojitos, los mismos que han visto regar las plantas que están junto al mástil de la bandera a la entrada de la calle Capitán Quesada, que curiosamente cuando lo vi, asombrada lo comenté con otro viandante y me contestó: -Mujer, ¡menos mal que por lo menos lo riegan aunque sea con garrafas de agua!…-
¿Y qué decir del «Paseo Bartolito el del Molino»…? ¡Dense una vuelta por el mismo!, y si no, pregúntenle a los cientos de personas que transitan diariamente por él para ir al Centro de Salud o a la Estación de Guaguas o simplemente darse un paseo por nuestra avenida. Sigue igual de abandonado. Y esto lo preguntamos nuevamente a la Concejal, aunque nos vuelva a decir lo que le contestó por escrito a mi mujer en base a otra reclamación por el estilo. Esto fue, el 18 de marzo del pasado año cuando decía: Por consiguiente, debo decirle que entiendo su malestar ya que se trata de un rincón que se adecentó en memoria de su padre… Y este es un mínimo ejemplo que mencionamos, pues al igual del abandono de este Paseo está la mayoría de los parques y jardines que nos tropezamos en nuestras caminatas.
Al rato vemos que el grupo de turistas sale del Templo, le seguimos los pasos, y como si alguien les hubiera dicho dónde se encontraba el Museo de Arte Sacro llegaron hasta la puerta… Solo pudieron leer el rótulo que indica donde se encuentra. Volvieron a sacarse varias fotos junto a la puerta no solo cerrada… sino también con restos de excrementos de palomas.
¡Ojalá¡ que si pasaron junto al viejo Colegio de Jesús Sacramentado (antiguo Colegio de las Monjas), una de las puertas laterales estuviese también cerrada, pues en caso contrario, podrían presenciar en su interior los clásicos utensilios de limpieza: contenedores de basuras, baldes, palas.. etc.
Quizás el motivo por el cual me haya llevado a escribir este artículo, haya sido también por mi estado anímico, después de asistir en la tarde noche de ayer, a la inauguración de la Casa Museo Néstor Álamo, en Santa María de Guía… ¡Que preciosidad!, mi enhorabuena a todos los que han luchado para que este hecho sea una realidad. Y aquí en nuestro municipio, Juan Borges Linares, continúa esperando…
Y después de todo esto vuelvo a preguntarme:
¿Las dos Concejalías mencionadas, de verdad, han sido galardonadas por ser «Modelo de Aproximación a la Calidad Turística????
¡Por Dios!…
Solo se me ocurre decir:
¡Aguanta mi Gáldar, aguanta!, ¡No desesperes!
8 de agosto de 2009